
«Nuestro tiempo necesita profesionales apasionados que hagan profesión de humanidad»
Palabras de la Directora del Instituto, Lic. María Luisa Mediavilla, en la Segunda Colación de Grados del ciclo lectivo 2019.
Bienvenidos a esta celebración llena de alegría por los 43 noveles Psicopedagogos y los 9 flamantes Profesionales que han culminado el Tramo de Formación Pedagógica para el Nivel Superior. Todos han realizado grandes esfuerzos para compartir este festejo con todos nosotros. Seguramente nada de esto hubiera sido posible sin el sostén cálido y atento de familiares, compañeros y amigos; ellos los alentaron y apoyaron en sus desvelos. Todos son merecedores de nuestras sentidas felicitaciones.
Queridos egresados:
Les espera una tarea ardua, vivimos en una sociedad que al decir de muchos es de “riesgo”; nos atraviesa el desconcierto de una época de crisis planetaria que se manifiesta insistentemente con señales de incertidumbre, inseguridad y destitución generalizadas y que, simultáneamente, incita a tomar las coyunturas del presente como única realidad y tiempo de deseo. Hacen falta mujeres y hombres íntegros, honestos, audazmente generosos, con sentido inclaudicable de la responsabilidad, capaces de entusiasmarse con romper las trampas de la inequidad y de la exclusión. Nuestro tiempo necesita profesionales apasionados que hagan profesión de humanidad, cargando con la realidad y encargándose de ella, que sean según la recomendación evangélica: “sal de la tierra y luz del mundo”.
Han trabajado incansablemente para poder desempeñarse en una profesión que conlleva el enorme compromiso y satisfacción de “tocar vidas”. Las personas que se dedican a la Educación y la Psicopedagogía asumen un desafío importante cuando creen que desde estos ámbitos se pueden generar condiciones para edificar sociedades mejores, porque al aprender se amplía el mundo de posibilidades y se abren alternativas para servir a otros. En Argentina el derecho a educarse y aprender está claramente consagrado por las normas y leyes vigentes; entre los fines y objetivos de la política educativa nacional encontramos aquellos que refieren a la necesidad de asegurar una educación de calidad para todos con igualdad de oportunidades y posibilidades a lo largo de toda la existencia. Sin embargo, la cotidianidad en la que habitamos da que pensar y nos obliga a considerar la incidencia que tienen la diferenciación de circuitos culturales y la distribución inequitativa de recursos socioeconómicos en la definición de nuestras generaciones contemporáneas. En un contexto donde la aparición de lo nuevo se nos cuela entre los dedos, es necesario que instalemos un interrogante orientador: ¿hacia qué futuro miramos y debemos mirar en este presente? La pregunta nos lleva a una región de saberes y poderes estallados que no sólo impacta en el modo de entender la construcción de las subjetividades, es también un reto a todas las instituciones de la sociedad para que hagan espacio tanto al surgimiento con derecho pleno de lo múltiple, cuanto al desarrollo de universales comunes de justicia y solidaridad. Los convocamos a pensar estos problemas como algo que específicamente tiene que ver con ustedes; como un objeto de análisis que va a tensionar la identidad de sus prácticas profesionales, que pondrá en juego su sensibilidad y su saber.
Estamos seguros de que ustedes van a alimentar con porfía la convicción de que todos pueden aprender y sabemos que van a ser capaces de habilitar a aquellos que no saben u olvidan esta idea fuerza. Les instamos a que implementen su labor profesional como cuidado que resulta relevante y vital para otro. Asuman su tarea convencidos de que las fronteras de lo posible no están fatalmente determinadas por los límites de lo actual. Rehabiliten la utopía, que Paul Ricoeur caracteriza como “perspectiva para la prospectiva”, y fortalezcan la sabiduría de la espera; dispónganse a estar atentos, a escuchar mucho, a desarrollar la paciencia cuando el resultado de sus intervenciones no sea probo y acuérdense de que es en las situaciones difíciles y en los retos cuando se crece como persona. Rudyard Kipling ilustra magistralmente lo que estamos refiriendo en un bello poema del cual compartimos unos pocos versos. Dice así:
“Cuando vayan mal las cosas
como a veces suelen ir,
cuando ofrezca tu camino
solo cuestas que subir,
cuando tengas poco haber
pero mucho que pagar,
y precises sonreír
aun teniendo que llorar,
cuando ya el dolor te agobie
y no puedas ya sufrir,
descansar acaso debes
¡pero nunca desistir!”
“Lucha, pues por más que tengas
en la brega que sufrir,
cuando todo esté peor,
más debemos insistir.”
A este tenor, sigo creyendo, como afirma Eduardo Galeano, que “hay un derecho al delirio, a clavar los ojos más allá de la infamia, a adivinar otro mundo posible, el derecho por el que vale la pena luchar, el derecho de imaginar el futuro en lugar de aceptarlo, el derecho a hacer la historia en lugar de padecerla, ese es un derecho humano por más que sea difícil conquistarlo.»
A todos los graduados, les deseamos fervientemente que el logro académico que han conseguido se convierta en fruto provechoso para cuantos puedan ser los beneficiarios de su profesión. Les auguramos una vida en plenitud, donándose a manos llenas y siendo testimonio de los principios que encarnen. Les recordamos que el Evangelio proclama bienaventurados a quienes construyen la paz que nace del amor, pues sólo el amor aproxima a lo que es diferente. Que Jesús el Divino Maestro los lleve de la mano y la Auxiliadora, la Virgen amada por Don Bosco nuestro santo fundador, los sostenga con su protección amorosa en esta nueva etapa que inician.
Reitero para todos las bien ganadas ¡felicitaciones!.
Bahía Blanca, 12 de Julio de 2019.