
El Aula Magna vuelve a latir con la música coral en el Instituto Juan XXIII
La música volvió a llenar de vida el Aula Magna del Instituto Superior Juan XXIII de Bahía Blanca. El miércoles 28 de mayo, a las 20:00, comenzaron los ensayos del coro que, bajo la dirección del maestro Christian López, retoma su actividad con el anhelo de convertirse en el coro institucional del Instituto.
Durante la bienvenida, el Director del Instituto, Adrián Mandará, expresó su profunda alegría por este nuevo inicio, citando a Don Bosco: “Una casa sin música es como un cuerpo sin alma”. Y agregó: “ En este año en que celebramos los 65 años del Instituto Juan XXIII, volver a oír sus muros resonar con voces unidas por el arte y el compromiso es una señal de vida, de fe compartida, de sensibilidad y de horizonte común” . En nombre propio, del equipo directivo y de toda la comunidad educativa, celebró esta recuperación que une tradición, vocación artística, educación y espíritu salesiano.

El coro, dirigido por el maestro Christian López, cuenta con una extensa trayectoria. Inició sus estudios de guitarra a los 8 años con el maestro Alberto D’Alessandro y egresó del Conservatorio Provincial de Música de Bahía Blanca con la Tecnicatura en Capacitación Instrumental – Guitarra. Lleva más de 39 años vinculado a la actividad coral, de los cuales 33 los ha dedicado a la dirección, siguiendo el legado de maestros como Walter Giménez y Walter Quintana.
Desde 1992 ha conducido catorce agrupaciones, entre ellas el Coral Voces de Cambio, que dirige desde hace más de una década. Este coro, nacido como espacio de encuentro entre familias, hoy se proyecta como una expresión artística consolidada, con un repertorio de raíz popular argentina y latinoamericana elegido de forma participativa con sus coreutas.
El maestro López conoce de cerca y reconoce la historia coral del Instituto, habiendo compartido escenarios y experiencias con sus agrupaciones en distintas etapas. Su propuesta busca estar a la altura de esa trayectoria, aportando continuidad, calidad y una impronta sensible, tanto en lo artístico como en lo humano.
La incorporación de esta nueva etapa coral reafirma una convicción institucional: el arte también educa, y el canto coral —expresión colectiva por excelencia— es una forma privilegiada de cultivar comunidad, sensibilidad y esperanza. En su 65º aniversario, el Instituto vuelve a cantar. Y su voz coral vuelve a decir quiénes somos.