Características del
"diccionario auxiliar español-latino para el uso moderno del latín"
Este diccionario consta de 1.131 páginas (23
x 17 cm), que contienen alrededor de 25.000 lemas.
El presente, como lo expresa el título,
es un diccionario auxiliar para el uso moderno del latín. "Auxiliar",
por cuanto supone cierto conocimiento del latín y que se disponga
de algún diccionario latino tradicional. Lo que aporta de nuevo
es, en orden al uso moderno del latín, una notable cantidad de palabras
y expresiones, con su traducción latina, del lenguaje español
de uso corriente, incluyendo terminología técnica, científica,
de las comunicaciones, y aun de la informática y el deporte. Contempla
asimismo voces extranjeras, de ordinario inglesas, empleadas con cierta
frecuencia, por más que puedan existir sus equivalentes en castellano,
como, por ejemplo, week-end, windsurf, roulotte, rugby.
Para hispanohablantes, ni en España ni
en América, existe otro diccionario de semejante envergadura para
el uso moderno del latín.
Por su acopio de material lexicográfico,
el único antecedente análogo es en la actualidad el Lexicon
Recentis Latinitatis, italiano-latino, en dos volúmenes (I:
A-L, 454 p. ; II: M-Z, 278 p.), editados por "Libraria Editoria Vaticana"
(respectivamente, en 1992 y en 1997).
La selección de vocablos y giros está
basada en numerosas fuentes: 41, de las cuales 26 corresponden específicamente
a latín moderno.
Para buena parte de cada lema, las fuentes utilizadas
fueron varias; así, v. gr., para "publicidad", hasta nueve (Lexicon
Recentis Latinitatis; Perugini , Dizionario italiano-latino;
Vox
Latina, fasc. 87; Bacci, Lexicon vocabulorum quae difficilius Latine
redduntur, etc.).
Para el mismo vocablo o giro, se detallan , cuando
es el caso, distintas formas, que muestran la gran ductilidad
y flexibilidad del latín y ofrecen al lector la posibilidad de elegir
la opción u opciones que prefiera.
En los lemas se privilegian las voces iniciales
con sus sinónimas, prefiriendo las más cortas; lo mismo ocurre
con las locuciones.
Para facilitar la lectura, los vocablos esdrújulos
aparecen tildados con acento agudo según la norma de la lengua española.
Ej.:
dirígere.
Al indicar el genitivo, se señala la sílaba
breve (ej.
c?) o larga (ej. b?), según los casos,
y siempre que aparezca oportuno. Ejs.: caput, p?tis; imménsitas,
?tis.
En los vocablos derivados del griego, se contempla
tanto la pronunciación característica del latín como
la propia de aquel idioma. Ej.: geométria y geometr?a.
Por más que esté difundida la costumbre
de escribir con inicial mayúscula los adjetivos derivados de nombres
propios, en este diccionario ellos aparecen con inicial minúscula,
en sintonía con la modalidad de los idiomas romances; ejs: cartesianus,
a, um; voltianus, a, um. Por la misma razón, con inicial minúscula
aparecen también escritos los nombres de sistemas filosóficos
o literarios, como asimismo los de movimientos políticos y sociales;
ejs.: hellenisms; marxismus. Y aparecen igualmente con inicial
minúscula nombres de religiones y sus seguidores, como también
nombres de órdenes o congregaciones religiosas y de sus miembros;
ejs.: anglicanismus; anglicanus; societas Iesu; iesu?ta.
La inicial mayúscula queda reservada para
los nombres propios, como es obvio, o para los nombres comunes usados como
propios. Ej.: Italia, ae; Itali, orum.
En la mayoría de los sustantivos que tienen
género masculino y femenino, se hace constar tan solo la forma del
masculino. Por otra parte, la forma del femenino suele ser fácil
obtenerla de acuerdo a las normas morfológicas del latín.
Ejs.: alumnus, i m;
alumna, ae f; vénditor, ?ris
m; vénditrix, ?cis f.
Conforme al lenguaje corriente de América
Latina, en la parte castellana de este diccionario se emplea "ustedes"
(y relativas formas pronominales en los complementos directo e indirecto)
en vez de "vosotros".